“Si un hombre, al ser herido por una flecha envenenada dijera: -No dejaré que me toquen la herida hasta que no sepa el nombre del que me ha atacado, si es un noble o un bramán, un hombre libre o un esclavo; no me dejaré curar sin saber antes de qué madera era el arco del que partía la flecha-, seguro que moriría a causa de la herida”.
I. VIDA DE BUDA
Hijo de un rajá hindú de casta guerrera, Siddartha Gautama nació en los confines del actual Nepal, posiblemente el año 563 a.C., miembro de la poderosa tribu de los Sakia. Según los sutras, él mismo dijo: “Yo tenía tres palacios: uno para guarecerme del frío, otro para librarme del calor y el tercero para protegerme en la época de las lluvias. Delicadas trovadoras halagaban mis oídos en el último de esos palacios, del cual no salía durante los meses de lluvia”.
Al igual que otros jóvenes de su época y casta, Gautama sobresalía en las pruebas de destreza física, especialmente en la arquería. Precisamente en este arte y deporte era tan hábil que en un torneo ganó la mano de una princesa, con quien tuvo un hijo. Sin embargo la vida de lujo y felicidad no le satisfacía. Movido por la angustia, un día, contrariando la voluntad de su padre, salió a correr mundo y vio por primera vez el espectáculo del sufrimiento humano. Vio a un anciano, luego a un enfermo, en seguida a un cadáver en descomposición, y por fin a un monje mendigo, de una serenidad digna bajo sus harapos.
Toma entonces una decisión: de noche, sin hacer ruido, deja su mansión, su esposa dormida y su hijo que acaba de nacer. Tenía entonces 29 años y comienza una vida de asceta profundizando la doctrina de los Upanisadas; se hace entonces un sakiamuni (monje sakia). Se sometió a rigurosos ayunos y a ejercicios ascéticos, que tan sólo le produjeron agotamiento físico y moral. Seis años después se sentó bajo una higuera (el árbol sagrado bodhi) y juró que no se movería hasta que el cielo no lo iluminara sobre el secreto del dolor universal. Entonces, en medio de tormentas aterradoras se le aparecieron los ejércitos de Mara,(deidad tentadora del mundo de las pasiones) y lo atacaron con rayos, piedras y proyectiles candentes. Mara lo tentó ofreciéndole todos los tesoros del orbe a cambio de que desistiera de su propósito, mas Gautama, lejos de inmutarse, invocó a la tierra sobre la cual se hallaba sentado, como testigo de la constancia de su resolución; y los ejércitos del tentador huyeron despavoridos. Al cabo de 49 días descendió sobre él la ansiada iluminación. Era capaz de alcanzar la liberación, la extinción (Nirvana). Desde entonces fue el Buda, es decir el Iluminado, el Clarividente.
Después de muchas dudas se decide a comunicar su experiencia espiritual, el dharma (verdad, doctrina o ley); es el comienzo de una larga peregrinación apostólica. Se dirige a la ciudad santa de Benarés, donde pronuncia el celebre Sermón de Benarés, inicio de su vida apostólica. Por espacio de 45 años recorre el norte de la India predicando y haciendo adeptos. Las conversiones se multiplican entre los mismos brahmanes. Buda agrupa a sus prosélitos en comunidades. Muere agotado y feliz a los 80 años recostado sobre el lado derecho y esperando la liberación del Nirvana.
II. DOCTRINA DE BUDA
Lo esencial está contenido en el “Sermón de Benarés”, conocido como las cuatro nobles (santas) verdades. No se trata de un “credo”, de un “creo en Dios”. El budismo es una religión atea, o por lo menos agnóstica. Buda no anuncia a Dios, no lo revela, no es un profeta. No pretende hablar en nombre suyo. La revelación de Buda es precisamente que no hay religión revelada, que la única liberación posible es la adhesión de cada uno a las verdades totalmente humanas que ha descubierto. Todo pasa, todo es ilusión, la única realidad es el dolor universal.
1. “Las Cuatro Nobles Verdades”
Corresponden a los cuatro pasos del método practicado por la medicina india:
a. Reconocer o diagnosticar la enfermedad
“Esta es, oh monjes, la verdad santa sobre el dolor: el nacimiento es dolor, la enfermedad es dolor, la vejez es dolor, la muerte es dolor; la convivencia con los que no se ama es dolor, la separación de lo que se ama es dolor, todo deseo insatisfecho es dolor, todo apego a los objetos es dolor”.
b. Buscar su causa u origen
“Ésta es, oh monjes, la verdad santa sobre el origen del dolor: es la sed de existencia que conduce de un renacimiento a otro, acompañada del placer; que encuentra en esto el cumplimiento de su deseo: la sed de placer, la sed de existencia, la sed de eternidad”.
c. Indicar en qué consiste la curación
“Ésta es, oh monjes, la verdad santa sobre la supresión del dolor: esta sed sólo se extingue por el aniquilamiento del deseo, desterrándolo totalmente de nuestro espíritu, renunciando a él, no dándole acogida en nosotros”.
d. Señalar el camino o terapia de curación
“Ésta es, oh monjes, la verdad santa que conduce a la supresión del dolor: este camino sagrado tiene ocho ramas, que se llaman: fe pura, voluntad pura, lengua pura, acción pura, medios de existencia puros, ocupaciones puras, memoria pura y meditación pura”.
3. El Vacio
Buda niega rigurosamente el “yo”, el “alma”, el “atmán”. “El espíritu es una ilusión”. Este mundo que habitamos no contiene ninguna realidad. Es un océano de “impermanencia, de insustancialidad, de irrealidad fenoménica”.
Nos desconcierta la afirmación de un yo metafísicamente inexistente y prácticamente inmortal. Si la transmigración no es sino una continuidad sin identidad, ¿por qué entonces tenemos que heredar nuestros méritos... o la forma de obrar en las innumerables vidas anteriores?
4. El Nirvana
Buda lo define así: El fin de las reencarnaciones. Es como si una persona no vertiera más aceite sobre la lámpara que lo alumbra”. Nirvana es igual a no ser, extinción. Es la abolición de toda voluntad, de todo deseo, de toda sensación, de todo cambio, de todo devenir. No es la eterna bienaventuranza, ni la nada absoluta, sino un estado inimaginable de inconsciencia absoluta y de no-ser. Es vacío e infinito como lo es el espacio para los pájaros.
Se llega al Nirvana evitando todo lo que puede hacer daño a una criatura. El sabio budista es impasible, sereno, pero benévolo.
III. MORAL BUDISTA
1. El Esfuerzo Personal
“No esperen nada de los dioses despiadados que nacen, envejecen y mueren para volver a nacer, y ni ellos mismos han llegado a deshacerse de su propio dolor. Esperen todo de ustedes mismos”.
2. El Camino del Medio
Buda desaconseja, no obstante, las austeridades: “¿Saben ustedes, oh monjes, cuál es este camino del medio que Buda ha descubierto, que abre los ojos del espíritu, conduce al reposo, a la ciencia suprema, al Nirvana? Busquen el medio entre el ascetismo y la vida mundana”.
3. Los Cinco Mandamientos
“Abstenerse de aniquilar toda vida, de coger lo que no se te ha dado, de obrar mal con respecto a los placeres sensuales. Abstenerse de falsas palabras, de productos intoxicantes que tienden a oscurecer el espíritu”.
IV. COMUNIDAD MONASTICA
Buda ofrece a sus discípulos la triple joya: Un maestro (Buda); una ley (Dharma); una comunidad de monjes (Sangha).
La Sangha es una comunidad autónoma de hombres libres que buscan individualmente el Nirvana.
El monje (bonzo) debe seguir un noviciado: se le rasura la barba y el cabello, se le reviste con el hábito de monje y acepta la regla de la comunidad y la dirección de un preceptor. Cuando el noviciado acaba, el postulante, que debe tener a lo menos veinte años, es recibido como bhiksu después de la aprobación de la asamblea. Acepta entonces las reglas de la pobreza monástica: No puede poseer más que nueve objetos: tres piezas de ropa, un cinturón, una aguja, una navaja de afeitar, un filtro, un abanico y una escudilla para mendigar su alimento. Se compromete además a observar los cuatro deberes: castidad absoluta, no matar ni aun a los animales, no robar, no envanecerse de su perfección espiritual.
Para estos religiosos, en principio errantes, se crearon los monasterios y en ellos los ritos comunitarios. Algunos monasterios cuentan con millares de monjes y practican una amplia hospitalidad. Aquí la vida transcurre en ambiente de silencio: sin un trabajo regular, el día está sembrado de conferencias, salmodias, meditaciones. Cada quince días el monje se acusa públicamente de sus faltas exteriores. Las faltas contra los cuatro deberes conducen a la expulsión.
Los laicos están comprendidos dentro de la sangha, con la función de mantener a los monjes, el monasterio y sus dependencias, esforzándose por seguir las enseñanzas de Buda, en la espera de renacer como monje en una próxima reencarnación.
V. CULTO BUDISTA
El estado de bonzo es el camino más seguro para alcanzar el Nirvana. Los monjes son los encargados del culto, que no consta de sacrificios, ni de sacramentos, sino de simples ofrendas de esencias, de flores, de cirios, de gestos de veneración hacia Buda o sus discípulos inmediatos; de peregrinaciones a los lugares santificados por el fundador, a las pagodas que contienen sus reliquias o sus emblemas mágicos )huellas sagradas, ruedas, flor de loto), a las innumerables Stupas (edificios funerarios).
Los laicos que observan la ley y practican la caridad especialmente con los bonzos, pueden esperar una reencarnación agradable. Aunque Buda era tan benévolo, no se mostraba sin embargo muy galante: “Es preciso desconfiar de las mujeres; por una que haya prudente, hay mil locas o malvadas”. Por eso se opuso durante largo tiempo a las órdenes femeninas. Las mujeres que son piadosas, pueden esperar renacer convertidas en hombres.
La piedad de los humildes se manifiesta en la veneración de reliquias y estatuas de Buda y en peregrinaciones (lo que no deja de ser una contradicción con las enseñanzas de Gautama)
VI. CORRIENTES DEL BUDISMO: LOS TRES VEHICULOS
“El mundo es una casa ardiendo. Para huir de él hace falta un vehículo”. El budismo tiene versiones o “vehículos”:
1. Pequeño Vehiculo (Hinayana)
Es el budismo primitivo. Admite siete Budas. Sakiamuni es el sexto. El Buda futuro es Maitreya. El acento se pone aquí en el aspecto individual del nirvana. Se llama “pequeño vehículo” pues sólo puede ser empleado por un grupo escogido, es decir, los que observan la rígida disciplina monástica. (Ceilán, Birmania, Thailandia, Camboya y Laos).
2. Gran Vehiculo (Mahayana)
Budismo más extendido, es una reforma del siglos III a.C. y admite la existencia de 300 millones de Sakiamunis, que obran sobre millares de mundos. Cada uno puede llegar a ser un Buda, pero como lo esencial es el amor al prójimo, lo mejor es hacer el gran voto: renunciar a su propio nirvana para trabajar en la liberación del todo en un nirvana cósmico. El que acepta este sacrificio es el tipo acabado del sabio: el bhodhisattva. El más venerado de entre ellos es el Avalokiteshvara. (Vietnam, Japón, China, Corea).
3. Vehiculo Del Diamante (Vajrayana) (vehículo de lo divino)
Es una pasmosa mezcla: viejas creencias mágicas, desconcertante fisiología mística, contador (rosario) para las oraciones, divinidades femeninas, mezcla de lo macabro con lo erótico.(Tíbet, Mongolia)
VII. ¿RELIGION O SABIDURIA?
Según las estadísticas existen de 200 a 550 millones de budistas en el mundo. Varían debido a que no se sabe con certeza si la China es budista, confucianista o taoísta . Son religiones que se amalgaman y se superponen. En el Japón, el Amidismo, religión de una gran pureza, adora a Sakiamuni como la “divinidad brillante sin medida”.
En realidad existen diversos budismos. La razón está en el individualismo de sus miembros, la independencia de los monasterios, la pluralidad de lenguas en que se expresaban los seguidores de Buda, y por carecer de las técnicas de memorización y transmisión de las doctrinas de que disponía el hinduismo.
El budismo Zen utiliza el Yoga para el desarrollo de la energía y del desprendimiento. La casta militar de los Samurai lo ha adoptado como pieza maestra de su código de honor. Tampoco es fácil distinguir en qué medida los seguidores del Tantrismo en el Tíbet siguen siendo seguidores de Buda.
Dada la imprecisión del Budismo, es de suponer que no está organizado como institución con sus fronteras dogmáticas, jefes, jerarquía, credo y capital. Hay ritos propios, como corrientes y sectas, inclusive con prácticas y creencias diferentes. No hay, pues, una iglesia budista. Inclusive se puede decir que no hay una religión budista. Apenas puede decirse que sea una doctrina (la de Buda sería más bien la de que no lo es). Se trata, como en el hinduismo, de una mentalidad profunda que impregna a la vez la visión del mundo y la del comportamiento cotidiano a lo largo de toda una vida dedicada a la nada. Existe una sabiduría budista. Lo mismo que Buda tiene numerosos rostros impenetrables, el árbol fecundo del budismo tiene muchas ramas.
El budismo es una sabiduría derivada de las creencias del hinduismo, pero en reacción contra el ritualismo excesivo de los brahmanes. Es un hinduismo reformado que conserva los fundamentos del mismo: necesidad de liberarse de las apariencias, reencarnación, importancia de una meditación que implica al cuerpo.
VIII. PARA LA REFLEXION
1. Historicidad y leyenda en la referencia a existencias anteriores.
2. Liberación del dolor por la extinción del deseo frente a redención por el amor, resurrección y unión con el Padre.
3. Caridad fruto de creencias desprovistas de fundamento histórico frente a Cristo curando verdaderos leprosos y muriendo en la cruz por amor.
IX. LOS DIEZ PRECEPTOS
1. Abstenerse de destruir la vida.
2. No robar.
3. Abstenerse de fornicar y de otras impurezas.
4. Abstenerse de mentir.
5. Abstenerse de licores fermentados, alcohol y bebidas fuertes.
6. Abstenerse de comer en las horas prohibidas.
7. Abstenerse de danzas, de cantos y de todo espectáculo.
8. Abstenerse de adornar y de embellecer el cuerpo por medio de guirnaldas, perfumes y ungüentos.
9. Abstenerse de utilizar un lecho o una sede elevada o espaciosa.
10. Abstenerse de recibir oro y plata.
X. LEXICO
Buda (Buddha): en sánscrito, el despertado (boddhi: despertar) o el iluminado.
Bhiksu: monje mendicante.
Bodhisatva: sabio que ha alcanzado el despertar; sucesor de Buda.
Dalai-Lama: literalmente, lama parecido al océano; maestro del saber.
Hinayana: ver “pequeño vehículo”.
Lama: término tibetano por sacerdote.
Mahayana: ver “gran vehículo”.
Mantras: sílabas sagradas del tantrismo, que transforman el espíritu. P. ej.: “Om, mani, padmé, om”(la joya en el corazón del loto, que significa la unión de los principios masculino y femenino).
Nirvana: en sánscrito, extinción. No es tanto el no-ser o la nada, como la liberación de la necesidad de renacer, paz total más allá de la pena y del gozo.
Panchen-Lama: lama joya, reencarnación de un lama.
Sangha: comunidad de los discípulos de Buda.
Shakti: forma creadora femenina adorada en el shaktismo, forma degradada del budismo.
Sunha: el vacío, realidad detrás de la ilusión de todo cuanto existe.
Sutras: predicaciones de Buda, reunidas en cinco colecciones.
Trijatna: las tres joyas (bodhi, dharma, sagha):. (Yo me refugio en la sabiduría, ... en la ley, ... en la comunidad).
Vajrayana: ver “vehículo del diamante”.
Yana vehículo para atravesar el río de las reencarnaciones.
Zen: procede de “dhyana” (meditación). Forma del budismo establecida en China y luego en Japón por Yosai (1141-1215). Por técnicas muy variadas, el zen intenta alcanzar el vacío que permita acceder a la iluminación interior.
2. EL CAMINO DEL ZEN
EL BUEY Y EL PASTOR
Las diez Kuo-kan o viñetas de "El buey y el campesino” (ver al final de los apuntes) son del siglo XII. Muestran de manera simple y clara lo que es el camino del Zen, forma particular de Budismo surgida y practicada principalmente en Japón.
Como el Zen no tiene representantes oficiales, su enseñanza viene através del koan y el mondoe, dichos paradójicos del maestro y el alumno.
Cada viñeta tiene un título, un breve comentario y un verso. Conviene primero observarlas y buscar un sentido propio, antes de leer la interpretación que presentamos.
I. Un joven campesino se halla en búsqueda de su buey perdido. Es el símbolo de la búsqueda de la realidad última, del Verdadero Yo.
II. El joven ha encontrado las huellas del buey y las está siguiendo. Pero la búsqueda no es suficiente: hay necesidad de encontrar el camino de realizar el Verdadero Yo. El camino es personal y debe ser un camino auténtico. Para ello es necesario un maestro, un guía.
III. El campesino encuentra el buey. Es un momento crucial de la búsqueda: la experiencia propia de la realidad última, la primera iluminación, la experiencia fundante, el satori. Creer y buscar el infinito, sin pasar a la realización, no llevará a una vida que merezca tal nombre..
IV. El joven ha cogido al buey, que intenta escaparse. Pero esta iluminación, en el Zen, no es una meta, sino el principio. Se produce una necesaria lucha interior para mantener lo que se ha logrado. No es suficiente una o dos veces para ver, sentir, hacer la experiencia del Verdadero Yo
V. El buey ha sido amansado.. Tras una fuerte lucha , el hombre logra reconciliarse consigo y con la realidad. Es un largo camino de formación y de discernimiento.
VI. El joven monta en el buey, toca la flauta mientras regresa a su casa. Ha encontrado lo que perdió o estaba buscando. Ha domado, amansado, subyugado al buey. Todo es certeza, alegría, paz, música. La batalla ha sido ganada, o así parece.
VII. Desaparece el buey y el joven queda solo. Se ha replegado sobre sí mismo al buscar la seguridad, el placer, el poder, los dogmas, la compañía, el amor, las ideologías, los programas de acción, la razón, la historia, las emociones, la naturaleza. Hasta las imágenes y las ideas de Dios, del mundo, de sí mismo pueden volverse ídolos y el hombre puede encontrar en ello seguridad e identidad. Sin embargo, todas son construcciones humanas, proyecciones de la fantasía. No hay fundamento sólido y cierto en ellas: ni objetivo, ni subjetivo. El joven ha pensado que su Verdadero Yo es su Dios; lo demás sólo era fabricado. Es la caída de las proyecciones, una etapa de soledad, de aislamiento, de depresión.
VIII. Hay un espacio vacío dentro de unos límites. Es el momento en que todo desaparece, se da la ausencia de todo: de Dios, del mundo, de sí mismo. Lo de fuera y lo de dentro, sujeto y objeto, se vuelven vacíos. Es la experiencia de estar en el reino de la Nada y al mismo tiempo de vivir el nacimiento del Todo. Vacío y plenitud, muerte y vida.
IX. Hay un jardín florido, un arroyo que corre, peces, aves, mariposas. Cuando mueres del todo a ti mismo, se te abren los ojos a toda la realidad. Aquí no aparece el hombre; no se trata de un mundo antropocéntrico, que es una construcción humana, sino de la realidad como tal, en un surgir interdependiente, co-creándose en una profundidad sin límite y en su posibilidad infinita.
X. Un viejo con el tórax y los pies desnudos está hablando con el joven que lleva pescados y licores a vender al mercado. Simboliza el retorno al mundo, significado por el "lugar del mercado". Ya no existe dualismo o separación entre lo sagrado y lo profano, entre el templo y el mercado, entre la oscuridad y la luz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario